miércoles, 1 de octubre de 2014

Toilette





   Querid@s lectores/as,  voy a seguir mi pauta: una semana / un libro;   ...y eso que aún no es viernes (día propicio para mi 'busca y captura de libros cubanos').  Claro que puede pasar una semana (...raro)  sin que aparezca ningún libro; y a veces pueden 'caer' dos o tres libros en una misma semana,  como ha sido el caso con este ejemplar.  Con él voy completando la obra de uno de los autores cubanos de mi interés, Manuel Pereira, con el que tengo la seguridad de que se verán complacid@s si siguen mi habitual consejo de: "Pasen y lean" 

TOILETTE
Manuel Pereira

Editorial Anagrama
Colección narrativas hispánicas
Barcelona, España. 1993
232 páginas.

-De la contracubierta del libro-

   El pintor Lucio Gaitán nunca tuvo un inodoro y por eso lo busca desesperadamente. Convirtiendo esta carencia en obsesión, llega a concebir toda una filosofía escatológica del mundo.  Pero esa alucinante lucidez  -mezcla de sabiduría, humor y insólitas asociaciones-  termina arrastrándolo a un viaje iniciático a través de la historia universal del arte hasta desembocar en El jardín de las delicias, donde descubre el prototipo más antiguo de inodoro.  A partir de ese hallazgo el protagonista-narrador entra y sale del tríptico de El Bosco discurriendo por diversas regiones infernales.  Esta fuga permanente a lo largo de un laberinto de imágenes tal vez sea la clave para una nueva parábola del Hijo Pródigo, en la que se huye y se regresa alternativamente en el amiente zozobrante de las sociedades cerradas.
   La extravagante aventura de Lucio en París incluye amores imposibles, una paranoica secuencia de persecuciones, secuestros, brujería, licantropía, sexo, asesinato, intrigas de espionaje y naufragios de narcotraficantes; todo ello narrado con la destreza estilística y la densidad poética que el autor ha alcanzado tras diez años de silencio literario.

   Nos hallamos ante un libro inesperado, excelente y muy ameno, pues este escritor estrafalario que deambula entre retrete y retrete no sólo combina magistralmente su relato con una jocosa erudición, sino que atrapa al lector obligándolo a seguirlo en su extraordinaria peripecia.
   Desde un punto de vista sensorial, esta novela es la otra cara de El perfume de Süskind, pues como afirma Severo Sarduy:  "Toilette pone el acento en lo que ha sido rechazado por los milenaristas de nuestra aséptica civilización, ya que no es sólo un acto literario, sino una provocación al decoro de la higiene y la sanidad, devenido el único valor de nuestra cultura."

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